Curioseando por aquí y allá encontré en Twitter un reto que me llamó la atención: #RetoBradbury2018.
¿La idea? Escribir una historia o relato corto en forma semanal, sistemáticamente mes a mes hasta llegar a diciembre del 2018 con aproximadamente 52 cuentos. Nadie puede escribir mal 52 relatos, dice el reto.
Es todo un desafío porque la estructura de un relato corto es muy diferente a una novela, donde te puedes explayar en personajes centrales y secundarios, sus traumas, virtudes, deseos, etc. Donde puedes plasmar las situaciones y los contextos holgadamente.
Sin ser más que una recién llegada que avizora , creo que lo más complejo es lograr articular una historia potente con palabras rotundas y contundentes. Trabajar artesanalmente las frases para lograr joyitas gramaticales y lograr impacto. Me encanta como desafío, como manera de crecer e incursionar en otros recovecos de la literatura. Incluso me tienta ir por otros géneros, explorar.
Trataré de hacerlo y que el entusiasmo inicial no se apague cuando las emergencias del trabajo que paga (el real, diríamos) y los apuros de publicar mis próximas novelas emerjan, y lo harán.
Por lo pronto, ya tengo mi libreta especial y el compromiso asumido de publicar en este blog lo que vaya surgiendo.
¡¡Vamos con ese reto literario a mi misma, entonces!
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